Después de ver
como quedo el Ebro con la crecida, decidimos buscar otro sitio para realizar una sesión corta de un día. Tras meditarlo mucho, al final nos decidimos por
investigar una zona de otro río. Era un río totalmente nuevo para nosotros, no
sabíamos que caudal, fuerza, temperatura y emplazamientos podíamos encontrarnos.
Después de ver las zonas y elegir la que más
favorable parecía solo quedaba preparar todo.
Estuvimos cebando durante los
4 días anteriores al día de pesca, no muy copioso, pero lo necesario para
activar un poco a los peces.
Y así llegó el gran día. Sábado, con unas temperaturas más que agradables para la época en la que nos encontrábamos; nos preparamos Borja y yo para realizar una sesión de carpfishing de unas 10 - 12 horas.
Las cañas ya estaban en el agua. En toda la semana no habíamos visto actividad ninguna de los peces, y
no parecía que el sábado fuera a ser diferente.
Cada uno probo diferentes
técnicas a la hora de presentar las lineas y los cebos. Así empezó la jornada, sin mucha acción.
Tras el primer cambio de cebos, Borja decidió probar un As que se guardaba en la manga.
Menudo As!!! Creo que no duro ni 15 minutos
el cebo en el agua cuando empezó a sonar una alarma, fuimos corriendo sacadera
y moqueta en mano. La clavada era buena, pero lo mejor de todo fue cuando se
acerco el pez a la orilla, no era una carpa, si no un barbo común de mas de dos kilos. Que sorpresa, vaya alegría al ver que habíamos conseguido engañar a un barbo y todavía era muy temprano.
A partir de ese momento fue una sesión muy activa, solo nos dejaron
estar tranquilos un par de horas para comer y todo lo demás fueron carreras o picadas.
Finalmente, conseguimos acercar a la moqueta un total de 8 barbos, llegando algunos a sobrepasar los 3 kilos de peso.
Y así es como pasamos una de las sesiones más movidas y bonitas que he pasado practicando
este deporte.
Un saludo y ya sabéis, captura y suelta compañeros.
Nacho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario