jueves, 17 de agosto de 2017

VI Social Temporada de 2017

Entre los días 4 y 7 de agosto tuvo lugar el sexto entrenamiento de la Sociedad Ebropescadores en el escenario deportivo del Embalse de La Tranquera, cerca del pueblo de Nuévalos, el Monasterio de Piedra y plácidos balnearios donde mimar el cuerpo y el alma.
Pero los valientes/temerarios de la Sociedad Ebropescadores que se dieron cita en dicho entrenamiento no esperaban bálsamos y delicadezas, sino una hard session carpfishera con temperaturas de casi 40º. 


A diferencia de otras ocasiones, la zona marcada para el encuentro fue pasado el pueblo de Nuévalos, bastante más cerca de la presa, y es que el embalse estaba realmente bajo (al 25 % de su capacidad). Pero la nueva zona reunía las condiciones para el entrenamiento: mucho espacio para todos los participantes, que iban a estar en la misma orilla, facilitando las visitas y charlas propias de un social. La orilla, eso sí, fluctuaba entre zonas escarpadas y otras de barro, que conforme fue pasando la sesión se convirtieron en lodazales; ya que, además de las pisadas, el agua no paró de bajar y dejar zonas donde al ensalabrar los peces los pescadores se daban bañitos de barro (¡como en los balnearios!).


Los primeros en llegar fuimos Alin y Antonio. Tras marcar y sondear elegimos la zona con más espacio para acampar, pues las diferencias entre puestos eran mínimas y poder tener algo de sombra cerca de las cañas parecía conveniente. Como teníamos tres días por delante y se observaba mucha actividad de los peces, decidimos cebar bastante (una mezla de boilies y semillas). Fueron casi ocho horas sin picada, hecha la excepción de un par de carreras de minitalla que no llegaron a clavarse. Hay que señalar, por cierto, que los peces de La Tranquera son realmente fuertes, a pesar de que la media en peso no es muy alta. Sin embargo, el hecho es que tienen bocas bastantes débiles (las carpas grandes al revés, realmente carnosas), por lo que conviene pelear los peces con suavidad y utilizar anzuelos gruesos. Como no había grandes enganches, esto permitió que se vivieran largas luchas, chorros de sudor y grandes satisfacciones al cobrar los peces.

Los primeros en tener picadas de forma continua fueron José Ramón y Lola, que sacaron muchos peces durante los tres días. Es todo un ejemplo la pasión y constancia de estos jóvenes pescadores, cuyas linternas iluminaban la orilla toda la noche y cuyos bolazos de engodo marcaban el ritmo de una batalla de resistencia de la que salieron victoriosos. 


Con menos épica, pero igual pasión, nos encontramos al sin par Sergio, que con su particular buen hacer también tuvo muchas picadas y sacó un pez de crónica: 5’5 kg. (Gracias, Sergi, por las cervezas y los hielos). Y Manu y Javi, que en el primer puesto de la orilla también tocaron muchos peces (y latas fresquitas…), aunque no terminaron de engañar a los de más porte. Inmediatamente a su lado, se encontraban Paco y la promesa del carp Óscar, que también se divirtieron de lo lindo oyendo las alarmas sin parar y con peces en la moqueta estupendos, como un señor barbo.




Más tarde llegaron los técnicos Javi y Rubén, y los cracks sorianos Mario y Mario Junior, que se colocaron en la otra punta de la orilla acumulando talento carpero y buena gente. En esta parte de la orilla se retrasaron un poco los peces, pero al final aparecieron y pudieron tener una buena media de picadas y peso. Nos visitó Fernando, que se ofreció generosamente a hacer de aguador trayéndonos agua fresca de un manantial (gracias). También nos visitó la benemérita, que cumplió con su deber y nos deseó que pasáramos una buena sesión, después de comprobar que todos los papeles estaban correctos. 


Por nuestra parte, seguimos con la estrategia en equipo de cebar grueso una vez que los peces empezaron a aparecer. Fueron muchas picadas al final de la sesión, con bastantes ejemplares de 3 kilos y las mayores capturas de Alin, 5’250 kg., y Antonio, 5 kg. y 6’250 kg. La primera noche volvimos a cebar fuerte y la segunda cambiamos ligeramente la táctica incorporando más boilies a la mezcla y de mayor dureza. Las mejores picadas se dieron al mediodía, justo cuando el sol era más fuerte (por cierto, el sin par mencionado se descuidó al darse crema y se hizo un bonito tatuaje, je, je). Los baños fueron continuos para combatir el calor, que el aire solo disimulaba. Sol, aire, moquetas y sacaderas oliendo a pescado, pies agrietados por el barro y el agua, quemaduras, calor asfixiante… ¿Quién quiere ir de balnearios pudiendo disfrutar del carp más salvaje entre amigos? 





Columna de opinión

No corren buenos tiempos para los aficionados al carpfishing. Durante un tiempo, ecologistas, pescadores, cazadores y el mundo rural estaban alineados en sus intereses y compromisos. Pero, por razones caprichosas, oscuras y completamente al margen del sentido común o el dictamen de las leyes europeas, un grupo que se denominan ecologistas ha abandonado el colectivo de los protectores de la Naturaleza para convertirse en grupos sociales de presión a los políticos, políticos, que, por supuesto, no entienden absolutamente nada de lo que leen en el Congreso de los Diputados (tenemos un actor que pasa por experto en arruis, un relaciones públicas técnico en cangrejos y mayordomo de una exministra responsable en buena medida de todo lo que pasa y un grupo que vota en contra de todo lo que no sea lo suyo). Mientras, en Aragón, la Justicia nos da un respiro, a la espera de que prevalezca por fin el sentido común y los nuevos grupos de presión que se están conformando en los sectores de la pesca, caza y mundo rural hagan su trabajo, que desde aquí agradecemos y aplaudimos. Así, seguimos disfrutando de nuestra pasión (un hobbie es algo complementario a la vida; para muchos, la pesca y el campo son nucleares en nuestro caminar…), y la Sociedad Ebropescadores continúa sus entrenamientos con todas de la ley. Le toca el turno al sexto de la temporada 2017.


Alin y Antonio

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